Bebés y recién nacidos
Desde los primeros días de vida del bebé (y antes durante el embarazo ) la osteopatía pediátrica puede ejercer un rol muy importante en la salud de la criatura. En una mala posición fetal intrauterina durante el embarazo o en el mismo parto prolongado se producen diferentes tensiones-presiones, sobretodo a nivel craneal, que pueden alterar el bienestar del bebé.
A medida que pasan los días, después del parto, el cráneo va recuperando su forma y los tejidos se van relajando. Pero, a veces, este proceso no puede verse completado por diversos factores.
Este aumento de la presión craneal contribuye a un aumento de estrés e irritabilidad del bebé, que puede adoptar posturas asimétricas como adaptación en busca de una solución a las tensiones sufridas.
También pueden presentar dificultad para la succión, debido al desorden de las tensiones membranosas intracraneales que le dificultan la buena movilidad y la capacidad de succionar.
A menudo encontramos irritación de los pares craneales (conjunto de nervios que parten de la base del cráneo y se distribuyen a lo largo de la cabeza, cuello, tórax y abdomen), responsables del buen funcionamiento de diferentes áreas del organismo tales como el sistema gastrointestinal (cólicos), control de la musculatura cervical (tortícolis),etc… En muchas ocasiones pueden verse comprimidos, el bebé suele lanzarse hacia atrás como respuesta al malestar. Dependiendo del nervio afectado, influye de una manera u otra en el bebé.
Tratamiento Madre-Bebé
Es indudable el enlace físico y emocional que hay entre madre y bebé, sobretodo, en los primeros 9 meses de vida extra-uterina y durante todo el periodo de lactancia. Por esto, personalmente, siempre recomiendo a las madres que me llaman para valorar a su bebé, que pidan cita para ellas también. El tratamiento es más efectivo, permite una visión verdaderamente global del estado de salud del bebé y ayuda en el vínculo madre-hijo que está en constante adaptación.
Infancia
En cada etapa de la vida, el cuerpo se va adaptando a los estímulos ambientales, a la maduración de los tejidos, a los traumas o a las emociones. La osteopatía puede plantear un tratamiento de la persona en todas sus etapas de crecimiento, cada una de las cuales requiere un trato y técnicas específicas y adaptadas. Por eso la observación de los padres es fundamental.
En el momento en que el bebé se hace niño y comienza a caminar, correr, saltar, relacionarse con el mundo, los padres deben observar si existen asimetrías, movimientos descoordinados, posturas compensatorias a lo largo del día, sueño anormal, falta de control de esfínteres, caídas habituales, si se queja de alguna molestia de manera habitual, etc…
Gracias a toda esta información y a la anamnesis, podremos desarrollar un tratamiento que le ayude a normalizar el crecimiento mejorando todos los puntos que presenten un déficit.
Primera cita
Realizaremos una completa historia clínica mediante la recogida de datos y la exploración:
- Estado de salud de la madre antes y durante el embarazo.
- Cómo ha ido el parto, expectativas, natural o cesárea, uso de oxitocina, epidural, fórceps, ventosa, etc.
- Estado de salud en los primeros días de la madre y el bebé: si ha habido contacto piel con piel, calostro, agarre, lactancia , etc.
- Evolución de todas las etapas de crecimiento psicomotor: gateo, vueltas, deambulación, movimientos voluntarios y de cualquier incidencia que pueda repercutir en el normal desarrollo del infante: existencia de cólicos, alteraciones del sueño, tortícolis congénita, plagiocefalias.
Cómo es el tratamiento de osteopatía pediátrica
Las técnicas son suaves y sutiles, cuyo objetivo es el de reducir tensiones para dar la mayor simetría y equilibrio posible. La simetría y el equilibrio son características fundamentales para la adaptación del cuerpo a todos los cambios internos y externos. La osteopatía ayuda a que el cuerpo pueda hacer el trabajo natural de adaptación, permitiéndole llegar a desarrollar todo su potencial.
¿En qué te puede ayudar a ti y a tu bebé la Osteopatía pediátrica?
- Revisión sistémica después de un nacimiento por cesárea, con ayuda instrumental, partos prolongados o provocados o si ha existido sufrimiento fetal
- Bebés irritables, que lloran mucho, cólicos o trastornos del sueño
- Problemas de lactancia, lengua corta, problema de la succión (este problema hay que tratarlo en colaboración con nuestra experta en lactancia)
- Estreñimiento o vómitos de repetición
- Asimetrías craneales, compromiso del lagrimal, tortícolis, asimetrías de ojos y/o orejas
- Mocos, sinusitis, otitis, bronquitis de repetición
- Actitud dependiente, peques asustados, con ansiedad
- Vértigos, cefaleas, migrañas
- Incontinencia urinaria nocturna, déficit de control de esfínteres
- Dolores de crecimiento, anomalías, deformidad en extremidades (rodillas, caderas, pies)
- Escoliosis, hipercifosis, hiperlordosis
- Caídas habituales, el peque tropieza mucho
- Esguinces y torceduras habituales
- Dolores de espalda
- Tras de un evento traumático
- Alteración mandibular y/o postural
